Mi deseo de obtener atención y no saber canalizarlo me llevo a que me expulsaran de 3 colegios, mi adolescencia no fue sencilla, en mi corazón existía un gran vacío y no sabía ni la razón ni como llenarlo, es por ello que conseguí la adrenalina y la atención que tanto buscaba transgrediendo los límites impuestos por los demás. No sabía de reglas y no estaba dispuesta a seguirlas, al contrario, el romperlas y el ser castigada significaba la recompensa más alta a lo que creía merecer en ese momento. Ya nadie creía en mí, ni siquiera mis padres deseaban ir al colegio a escuchar a los profesores decir que “yo era una líder negativa”